Cuaresma y Misión: Primer Domingo de Cuaresma
La tentación de la indiferencia. 

“La indiferencia hacia el prójimo y hacia Dios es una tentación real también para los cristianos”. Así se expresa el papa Francisco en su Mensaje para la Cuaresma. Sólo con la conversión del corazón del creyente y la renovación de la Iglesia podremos ser testigos y profetas.









Los santos que no son santos; santos piratas. 



Abajo del escrito el audio de este artículo

La Iglesia católica ha reconocido una gran cantidad de santos en todo el mundo. Éstos han sobresalido no tanto por hacer cosas extraordinarias, sino más bien, por hacer de lo ordinario algo extraordinario. Los santos han demostrado que la vida puede dar fruto a pesar de las heridas y lesiones, de los fracasos y desgarramientos sin que nos destruyan. No sólo por méritos propios, más bien porque se han acogido a la gracia de Dios. A estas personas la Iglesia les ha dado el título de santos.



En la historia del cristianismo, las personas se han dirigido a los santos siempre que se encuentran en apuros. Han levantado iglesias en su honor, y han peregrinado hasta ellas para implorar ayuda en sus tribulaciones. Los santos no son obradores de milagros, sino sólo intercesores ante Dios, de aquellas personas que piden ayuda en medio de su necesidad. En cierta manera, los santos ayudan a los demás para que obtengan algún favor de parte de Dios. Y esta no es una idea de nuestros tiempos, ya la Sagrada Escritura lo menciona, por ejemplo, la gran cantidad de milagros que realizaban los Apóstoles. Los santos son, en cierto modo, un prisma a través del cual contemplamos la acción salvadora y liberadora de Dios, un signo de esperanza que  nos anima a alcanzar la meta del encuentro con Dios.

Pero no debemos dejarnos confundir con el gran número de figuras populares que pronto ganan fama de «santidad». Muchas de estas figuras son engrandecidas por comentarios de diferentes tipos de personas –hasta de no creyentes– y con versiones diferentes, casi siempre exageradas.

Mencionaré  a continuación una pequeña lista de aquellas personas a las que algunos creen santos, pero que la Iglesia no ha reconocido como tales.
La «santísima muerte». Esta pseudodevoción gana cada día más fama: un esqueleto ataviado con vestido, guadaña, balanza, brazos y falanges de metal o con figuras de oro y plata. Se exhibe en tiendas espiritistas o mercados donde venden todo tipo de amuletos y elementos para la adivinación o curanderismo. Sus promotores la presentan como una «entidad espiritual» que ha existido siempre, lo cual es mentira. Esta falsa devoción la permite, favorece y promueve una agrupación no-católica que se autonombra: Iglesia católica Tradicional Méx.-USA, Misioneros del Sagrado Corazón y san Felipe de Jesús». Los ministros de esa secta no son sacerdotes católicos, y su líder, además de polémico, es promotor del aborto y los anticonceptivos. No practica el celibato. La santa muerte comenzó a ser adorada, más que venerada, por criminales, contrabandistas, pandilleros, ladrones y prostitutas. Ahora su fama se ha extendido a diferentes clases sociales y a otros países.
La santa Cabora. Es otra falsa devoción. Teresa Urrea nació el 15 de octubre de 1873  en un rancho cerca de Ocoroni, Sinaloa. Teresita, como la llamaban, comenzó a tener en su adolescencia ataques epilépticos. Decía tener visiones y  se ufanaba de predecir el futuro y realizar curaciones. Pronto ganó fama de santa en la región. En mayo del 1890 el pueblo se levantó contra el gobierno del Estado y proclamaron el nombre de Teresa como viva intercesora de las demandas presentadas. El gobierno la deportó del país. Murió de tuberculosis a la edad de 32 años. Después de su muerte empezó su culto.

El santo niño Fidencio. José Fidencio Síntora Constantino nació en 1898, cerca de la villa de Yuriria Gto. Fue a la edad de 23 años, en el año de 1921, cuando en compañía de su hermano se trasladó a Espinazo, Nuevo León. Desde muy joven demostró habilidad para curar animales por medio de hierbas y ungüentos. Fue hasta el 15 de agosto de 1927 cuando a Fidencio se le indicó en una supuesta revelación que debía ayudar a sus hermanos. Pronto su fama se propagaría por todo México. Sus seguidores comenzaron a llamarle «Niño Fidencio» como referencia directa al Niño Jesús, que es Dios. Sus seguidores creen que antes de morir dejó dicho a sus discípulos que de ultratumba se comunicaría con ellos a través de médiums (espiritistas). Y los que se dicen beneficiarios de esta comunicación con el muerto Fidencio se hacen llamar «cajitas».

San Juan Soldado. Juan Castillo Morales era un soldado de Tijuana, Baja California que fue sentenciado a muerte, acusado de homicidio. Nunca reclamó ningún tipo de derecho. La señora a la que le habían matado a su niña mencionó que Juan Castillo no era el culpable, y constantemente le llevó flores al lugar donde lo fusilaron.  Con el tiempo la gente comenzó a pedirle milagros y su fama fue creciendo. Su historia se remonta a los años 40’s.


Jesús Malverde, el «santo de los narcotraficantes». La leyenda dice que nació el 24 de diciembre de 1870, en Sinaloa. Su nombre fue Jesús Juárez Mazo. Debe su sobrenombre a su mala reputación y a la costumbre de camuflarse con hojas de plátano para robar ganado. De esta conjugación nació el nombre de Mal-verde. Su figura se da en la época del porfiriato. Muere el 3 de mayo de 1909. Su figura se acerca más a la de un Robin Hood moderno. Se dice que un 85 por ciento de los narcotraficantes pide su intercesión.

Por toda América Latina se dan diferentes manifestaciones de personas o figuras no santas. En Argentina y Chile se conocen a la «difunta Correa», el «Guachito Gil», «Rodrigo el cantante»; incluso al futbolista Maradona lo catalogan ya de santo. En Venezuela se menciona a María Lienza, y en Guatemala, a Maximón o Mashimon, como lo nombran algunos. Esto lleva a aclarar que la Iglesia católica no proclama irresponsablemente a los santos, sino sólo a aquellos que, después de un largo proceso de estudio y oración, considera dignos por su vida de entrega a Dios. La Iglesia no juzga el destino de la multitud restante de difuntos, pues su misión es servir como madre para comunicar la gracia y la vida de Cristo antes de que sus hijos mueran, y rezar por ellos después.

Los falsos santos se deben distinguir de los verdaderos, pues no hay razón para venerarlos, y los verdaderos no deben ser mezclados con supersticiones. Sólo es válido admirar a un santo si éste nos inspira a vivir heroicamente el evangelio de Jesucristo. Los santos son los que han luchado el buen combate de la fe y han merecido la corona prometida. Y al venerarlos, hemos de ver en ellos la prueba de que nosotros también podemos llegar a ser santos.

Por último recuerda que los santos no interceden para que hagas daño a los demás. Busca conocer tu fe y no te dejes engañar por cualquier cosa que te presenten como milagrosa.


JUNIO MES DEL SAGRADO CORAZON DE JESUS



La devoción al Corazón de Jesús ha existido desde los primeros tiempos de la Iglesia, cuando se meditaba en el costado y el Corazón abierto de Jesús, de donde salió sangre y agua. De ese Corazón nació la Iglesia y por ese Corazón se abrieron las puertas del Cielo. La devoción al Sagrado Corazón está por encima de otras devociones porque veneramos al mismo Corazón de Dios. Pero fue Jesús mismo quien, en el siglo diecisiete, en Paray-le-Monial, Francia, solicitó, a través de una humilde religiosa, que se estableciera definitiva y específicamente la devoción a su Sacratísimo Corazón.
El 16 de junio de 1675 se le apareció Nuestro Señor y le mostró su Corazón a Santa Margarita María de Alacoque. Su Corazón estaba rodeado de llamas de amor, coronado de espinas, con una herida abierta de la cual brotaba sangre y, del interior de su corazón, salía una cruz.  Santa Margarita  escuchó a Nuestro Señor decir: "He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres, y en cambio, de la mayor parte de los hombres no recibe nada más que ingratitud, irreverencia y desprecio, en este sacramento de amor." Con estas palabras Nuestro Señor mismo nos dice en qué consiste la devoción a su Sagrado Corazón. La devoción en sí está dirigida a la persona de Nuestro Señor Jesucristo y a su amor no correspondido, representado por su Corazón. Dos, pues son los actos esenciales de esta devoción: amor y reparación. Amor, por lo mucho que Él nos ama. Reparación y desagravio, por las muchas injurias que recibe sobre todo en la Sagrada Eucaristía.


HABRE ESTE ENLACE Y ENCONTRARAS TODO LO RELACIONADO A LA CUARESMA
http://www.reflejosdeluz.net/doc_cuaresma_y_ssanta/cuaresma.htm 

Los obispos dominicanos emitieron anoche la Carta Pastoral en el que señalan sus acciones en los diferentes renglones de la nación.
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Religiosa. En Carta Pastoral la Conferencia repasa su recorrido por los diferentes aspectos de la vida nacional
19 Enero 2011, 10:12 PM
 Obispos ponderan los aportes de la Iglesia por el bien del país
Dicen que prestan servicios en la educación, salud y en la mediación por la institucionalidad
Escrito por: EL DÍA
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Santo Domingo.-La Conferencia del Episcopado Dominicano  dedicó su carta pastoral con motivo del Día de la Altagracia de este año a hacer un recorrido histórico de los aportes de la Iglesia desde el momento mismo de su llegada a este territorio a finales del siglo XV hasta la fecha.
“Las comunidades eclesiales organizan hoy  y dinamizan la feligresía, dando calor humano, fomentando el servicio social,  leyendo y estudiando la Biblia y glorificando a Dios.
La cercanía al pueblo se muestra, además, en el servicio educativo y médico, en la consejería y mediación social en los conflictos familiares y comunitarios, en la defensa de la justicia ante el abuso de autoridades y poderosos locales y nacionales.
Todo esto hace que la Iglesia sea reconocida por las encuestas de opinión como una de las instancias más creíbles de nuestro pueblo”, indica el documento.
El contenido de la carta pastoral se convierte en un sipnótico relato de cómo la Iglesia ha estado siempre acompañando al pueblo dominicano, lo cual hace con motivo de la próxima celebración del V Centenario de la creación de las primeras diócesis del continente (Santo Domingo, La Vega y San Juan de Puerto Rico).
“Desde los primeros tiempos heroicos, misioneros  comprometidos en el conocimiento, defensa y evangelización de los pueblos indígenas se pasó a un ciclo de condicionamientos sociales y políticos.
Vinieron, después, las crisis ocasionadas por la irrupción de las filosofías ilustradas.
 Primero el liberalismo y positivismo y los movimientos independentistas y modernamente el marxismo. Hoy se enfrenta a los retos de la secularización y a los desafíos emanados de la presencia y actividad de otras confesiones religiosas”, indica.
Los obispos dominicanos también señalan que “ante la precariedad constante del sistema educativo y de salud se ha manifestado también como una Iglesia muy comprometida con las necesidades sociales de la nación, en particular en la  educación y la salud”.
Función eclesial
Agregan que la Iglesia ha asumido también una función civil profética y mediadora en una sociedad que no encuentra su institucionalidad y vive expuesta permanentemente a la inestabilidad.
 La Iglesia se afana hoy por lograr y mantener la honestidad de vida y una sólida espiritualidad de sus miembros, clérigos y laicos.
Hay docenas de casas de retiros, cursillos, talleres, seminarios y cursos de formación, librerías y folletos que ayudan a vigorizar la fe, fortalecer la  espiritualidad y capacitar para enfrentar los retos presentes y futuros.
“Confesamos haber cometido errores y no siempre haber estado a la altura de nuestra fe, vocación y responsabilidades, y por ellos pedimos nuestro perdón y recurrimos a la comprensión e indulgencia de todos los dominicanos”, precisa el documento.
Manifestaron los obispos que a pesar de sus errores y deficiencias, afirman la presencia de la fe católica y la institución eclesial en toda la historia del pueblo dominicano, conformando su vida a través de la vivencia de sus enseñanzas, sus limitaciones en instituciones y recursos pastorales.
“Una iglesia libre, pues, no obstante, vinculaciones y controles políticos, ha logrado niveles de libertad que le han permitido disentir y profetizar”, agregaron los religiosos.
Papel mediación
Los obispos indicaron en la Carta Pastoral que desde el Sermón de Montesinos y la figura de Fray Bartolomé de las Casas hasta la actualidad, la asunción de la responsabilidad y peso de gobierno civil y la de la mediación social y política ha sido labor difícil y poco grata, en orden a garantizar el buen gobierno y la justicia.
Devoción
Los obispos dicen en su carta pastoral que hoy la Iglesia se afana por lograr y mantener la honestidad de vida y una sólida espiritualidad de sus miembros, clérigos y laicos.
“La dimensión mariana de nuestra religiosidad, preferentemente en las devociones a la Virgen de las Mercedes y de la Altagracia, abre la generosidad de nuestro pueblo a los altos valores del espíritu, identifica nuestra dominicanidad y le da trascendencia”, además de que fomenta la generosidad y crea esperanza en la población en los momentos difíciles.
  El documento está firmado por Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez y los obispos Ramón Benito de la Rosa y Carpio, Juan Antonio Flores Santana, Fabio Mamerto Rivas, Jesús María de Jesús Moya, Jerónimo Tomás Abreu Herrera, Francisco José Arnáiz, José Dolores Grullón Estrella, Antonio Camilo, Amancio Escapa, Pablo Cedano Cedano, Gregorio Nicanor Peña, Francisco Ozoria Acosta, Freddy Antonio Bretón Martínez, Rafael Leonidas Felipe Núñez, Diómedes Espinal, Julio César Corniel Amaro, Valentín Reynoso Hidalgo y Víctor Masalles Pérez.